Toda esa futilidad previsible y repulsiva..

miércoles, 25 de enero de 2012

Un grito, un portazo y un ruido de motor que fue disminuyendo su volúmen, hasta ser imperceptible..
Eso es todo lo que ella recordaba de aquel día donde su matrimonio se desintegró por completo. En realidad, todo venía mal.. Desde ese 12 de febrero, cuando se juraron "amor eterno para siempre" ante Dios, la familia, sus amigos y los típicos invitados de compromiso.
Posiblemente ignorando que "lo eterno" es relativo y "para siempre" siempre termina.
El la amaba demasiado, decían todos. Ella, no era indiferente a ese amor. La pareja perfecta ante los ojos de terceros, pero entre ellos no era tod ideal.
Una relación que comenzó cuando ella tenía 16 y el 18. Después de seis meses de noviazgo, él le propuso dar un paso más y ella aceptó. Casamiento. Cuando? Lo antes posible. Por qué? porque el debía viajar por trabajo y cual paquete de encomiendas, quería llevársela consigo.
Fue, entonces, un matrimonio de emergencias, producto de un noviazgo acelerado. Como cuando hay un cigoto/feto creciendo dentro del útero materno, pero sin cigoto.
Primeros meses después de la boda, todo ok. Claro, dicen que la pasión inicial de una pareja dura, en el mejor de los casos 1 año. En teoría, por supuesto.. Y como tambien dicen, la práctica envicia la teoría.
Pero, todo cambia, y esa alegría y pasión inicial disminuyeron cuando Él consiguió un trabajo mejor arancelado, que le brindaba la posibilidad de viajar.
Entonces comenzaron sus aventuras. Una semana a la costa, una al Sur, otra a Misiones.. Y asi iba recorriendo el país, mientras Ella, sola en su casa tejía mañanitas llorando y pensando porqué habia accedido a casarse con un hombre al que casi no conocía..
Cuando él estaba en la casa, la comunicación era practicamente nula. La buscaba solamente para tener sexo, cuando EL tenía ganas, a la hora que EL quería y con las condiciones que EL ponía. "Me duele la cabeza" "Hoy no me siento bien", "Me vino" no eran excusas viables.
Ella, en cambio, lo buscaba para escupirle a la cara todas sus miserias, la sensación de abandono que sentía, cuanto le dolía su indiferencia, como la pareja estaba en caída libre y él no hacía ningun esfuerzo en remontarla.
Dicen que los malos momentos nos llevan a tomar decisiones "malas" (si es que hay alguna decision que sea totalmente buena y no tenga dosis de arrepentimiento).. Ella, en un momento de cortocircuito mental pensó que quizás, ante la presencia de un hijo, la pareja iba a ser como antes, él dejaría el trabajo,volvería a la casa y los tres se dedicarían a vivir en una burbuja de paz y armonía.
Esto la llevó a dejar de tomar los anticonceptivos sin avisarle

Cuando después de detectar un atraso se hizo el análisis y dió positivo, pensó que al fin la balanza se inclinaba a su favor. Todo iba a salir de diez!.
Era de esas típicas personas que creen que los agujeros de una relación sentimental se cubren con los hijos, como queriendo rellenar espacios vacíos, meter la mugre abajo de la alfombra o tapar con un mueble la mancha de humedad de la pared-
Ella, a pesar de todo, estaba feliz, pensando cómo iba a comunicarle a su marido la GRAN noticia.
Pero su reacción no fue la esperada. Al contrario, se puso furioso y le dijo miles de cosas que el aparato psíquico de ella bloqueó, como mecanismo de defensa, para no lastimarse.
Desde ese día, el viajó cada vez más y volvía menos. La panza de ella crecía y crecía. Pronto vendría a este mundo una niñita..
Estando sola,para matar el tiempo, ella comenzó a incursionar en Facebook, Twitter y cuanta p+agina entretenida encontraba. Por esas "causalidades del destino" recibió una solicitud de amistad de Manuel, el mejor amigo de su marido.
El la consolaba, la contenía, la escuchaba, le daba afecto.. Le daba lo que ella necesitaba.
Cuando nació su hija, la situación matrimonial era insostenible. Él no estuvo presente en el nacimiento y recién conoció a su hija cuando ella tenía un mes.
Entre tanta ausencia masculina, la presencia de Manuel se hizo más fuerte e intensa.
Los encuentros comenzaron con el clásico "No te querés venir a tomar unos mates?" Pero luego, comenzaron a desearse, a necesitarse. No a nivel afectivo, sino a nivel corporal.
Lo que antes eran unos mates con medialunas, se transformaron paulatinamente en encuentros causales en el telo más cercano.
Lo que años atrás Ella hubiera considerado "Un horror, algo totalmente desubicado" ahora le parecía normal, y lo disfrutaba.
Pronto ella comenzó a olvidarse de su marido y sólo se ocupaba de Manuel. Se peinaba, vestía y maquillaba a su gusto.
A todo esto, la niña pasaba más tiempo en casa de sus abuelos que con sus padres.
La situación siguió hasta que Manuel la llamó. Se encontraron y él, en un profundo ataque de sinceridad bruta terminó con ella. Recordó a su mejor amigo, sintió culpa y quizás pensó que cortando bruscamente, todo lo pasado desaparecería.
Ese mismo día, pero al anochecer, luego de haber derramado todas las lágrimas que podía, y más también, ella sintió la llegada de su marido.
Se sentaron a hablar, y él, que era cornudo pero no boludo, le pidió explicaciones.
En un ataque de sincericidio, y en parte por el alcohol que había ingerido un rato antes, ella contó con lujo de detalles todas y cada una de las aventuras vividas con Manuel. Al terminar de relatarlas, el le respondió:
"Queee??? Manuel?? Como pudiste, pedazo de forra! Era mi mejor amigo! yo a vos te amaba! te puse sobre un pedestal, te di todo , viajé muchisimo por trabajo para que vos puedas tenerlo todo y asi es como me pagas???"
"No, no.. vos no entendes nada,, Yo no quería estar en un pedestal, no queria ser más que vos, ni ser tu objeto.. Queria estar al lado, necesitaba tu apoyo, no tu idealizacion, no necesitaba tu dinero, te necesitaba a VOS, a tu amor, no a tu idolatría"
"Sos una idiota, no quiero verte nunca más en mi vida, andate a la mierda, morite, morite!!"

Acto seguido, él armó una michila y se fue, repitiendo esta ultima fraze una y otra vez. Un grito, un portazo, y un ruido de motor, que va disminuyendo lentamente hasta ser casi imperceptible....

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